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HISTORIAS DE UN CAMARERO DECADENTE

LA PAPELERIA DEL AMOR

Se acerca a la barra con una inmensa sonrisa en la cara, despues de haber hablado durante media hora con una chica ha conseguido llevarse el gato al agua y se ha enrollado con ella, la noche se acaba y sus caminos se separarán sin que las cosas vayan a mas, asi que la mejor solución es pedirle el número de teléfono o darle el propio, casualidades de la vida que hoy no ha salido con el movil y ella tampoco lo lleva encima, así que se sigue acercando a la barra tras la cual hay un camarero que lleva 10 horas currando y no tiene ganas de tonterias.

Con un tono muy alegre y dándome las buenas noches me pregunta si le puedo hacer el favor de dejarle un papel y un boligrafo, a lo cual respondo que espere un momento, que voy a ver si tengo, me muevo por la barra buscando donde se suelen dejar los boligrafos en una barra y tras no encontrar ninguno le digo que papel tengo pero que para conseguir un boligrafo va a tener que preguntarle a alguien a ver si lleva alguno que yo no tengo boligrafos (muchas mujeres llevan boligrafos encima, dentro de sus bolsos).

El muchacho con un tono no tan alegre me vuelve a preguntar a ver si le dejo un boligrafo y en consecuencia le repito que no tengo ningún bolígrafo en la barra para acto seguido tener que repetirselo por tercera y cuarta vez cuando el cada vez menos amablemente me pedia un maldito bolígrafo.

Por quinta vez me pide el endemoniado bolígrafo pero esta vez añade que como no voy a tener un boligrafo en la barra, que donde apuntaba las rondas y comandas. Le contesto que esto es una discoteca, no un restaurante ni una tasca y que los boligrafos no son necesarios para el normal desarrollo de mi trabajo. Con cara de sorpresa me dice que donde apuntamos las rondas de bebidas y me insinua que no se cree que los trabajadores de el garito en el que me encuentro a mi labor sean capaces de retener una miserable ronda de 5 combinados a lo cual le contesto que me da igual lo que crea, que solo podemos memorizar 1 y los demas nos los inventamos (todo camarero o gente que haya pedido una ronda larga, sabrá que puedes poner una ronda de muchísimos cubatas sin que te repitan ni uno si están bien pedidos, sobre todo cuando se lleva tiempo trabajando y se coje oido).

Por sexta vez me comenta que ..."venga tio, anda, dejame un bolígrafo"..., a lo cual le repito que no tengo ni un miserable bolígrafo y empiezo a perder la paciencia.

Por sextima vez me vuelve a pedir un bolígrafo añadiendo que en todos los bares y discotécas tienen bolígrafos a lo cual le respondo que siempre se habren bucles en la dimensión del espacio-tiempo que hacen desaparecer los bolígrafos de las barras, sobre todo cuando los prestas y no te los devuelven y le digo que qué casualidad que ahora mismo sea una de esas ocasiones.

Por octava vez me pide un bolígrafo, pero esta vez en un tono subido y poniendo el adjetivo calificativo "puto" delante del nombre "bolígrafo" y con los verbos conjugados en modo imperativo. Miro a mi compañero de trabajo que se ha girado al oir el grito y en tono alto y claro para que me oiga el individuo, le digo a mi compañero: ..."Te he dicho mil veces que apagues el letrero antiguo de cuando esto era una papelería, que luego entran todos los tontos de la ciudad a pedir boligrafo y papel"..., mi compañero se rie y siguiendome lel juego me dice que va a apagarlo ahora mismo, me giro hacia el individuo del bolígrafo y le digo que lo siento mucho, pero que se trata de una equivocación, que se encuentra en una discoteca y no en una papeleria, le recomiendo una papeleria que se encuentra a la vuelta de la esquina y le digo que dudo mucho que este abierta a estas horas, pero que en cuanto tenga un bolígrafo, se vuelva a pasar por aquí que le haré un croquis de la frase: ..."No tengo un bolígrafo"...

Rojo de ira se da media vuelta y desaparece entre la multitud.

1 comentario

dias de sexo -

Buenisimo como siempre, te sigo leyendo, saludos.