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HISTORIAS DE UN CAMARERO DECADENTE

CUESTION DE GUSTOS

CUESTION DE GUSTOS

Me encantaria emborracharme con whisky, con un caro whisky de malta, como los borrachos solitarios en las películas, en una esquina del bar, pidiendole al camarero que llenen una y otra vez el vaso, con sus pensamientos sumergidos en el dulce baile del líquido en el vaso que no es la primera copa ni será la última, melancólico, sentado en la parte más oscura del bar con la única conversación que la del camarero que le pregunta si no cree que ya ha bebido demasiado antes de llenar el vaso de nuevo, me gustaria, pero no soporto el whisky desnudo, ni siquiera acompañado por varias piedras de hielo.

Ojalá pudiera emborracharme con vodka, la bebida de fuego, bebiendo a morro de la botella como los tipos duros que compran la segunda marca menos cara porque todavia les queda algo de dignidad, notar como el fruto de la patata me quema la garganta y me nubla la vista, deseando que lo haga porque ya no importa nada, porque el tipo duro tan solo desea escapar en un último acto de solitario romanticismo, me gustaria, pero el vodka me mata antes de llegar a notar las propiedades del alcohol corriendo por mis venas.

Ojalá fuera capaz de emborracharme con ginebra, bebiendola a palo seco, con un buen traje en un caro pub, como un caballero, repleto de flema británica, clase y alcohol, borracho y educado, ojala pudiera, pero desde aquella vez que me bebí dos botellas seguidas mi cuerpo no la tolera.

Ojalá fuese a un bar de mala muerte a ponerme tibio de la cerveza más barata que tuvieran, por litros, por jarras hasta que mi cuerpo rebentase por la acumulación de litros y decir tonterias hasta que a algún imbécil se le ocurriera cerrarme la boca, ojalá pudiera, pero no es tan fácil cerrarme la boca, incluso cuando ya me la han partido.

Ojalá, pero estoy solo, bebiendo ron a palo seco, tirado en un sofa, con la televisión apagada, esperando a que mi cerebro pare de dar vueltas y vueltas a los pensamientos para que empiece a dar vueltas y vueltas sin más, ¿Qué se puede decir del ron?, del puto ron, la bebida del caribe, del merengue, de la salsa, de la fiesta, del griterio, del gentio, de la alegria, pero la bebida no es en lo único que me suelo equivocar...

... al fín al cabo, emborracharse con motivos es algo tan íntimo.

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