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HISTORIAS DE UN CAMARERO DECADENTE

LA ÚLTIMA VEZ

Como siempre volvio a aparecer en mi vida justo cuando ya la habia empezado a olvidar, aparecio sin avisar, como siempre, ella sabe que no necesita avisar. Como siempre, deje todo por pasar unas miseras horas con ella en una habitación de un cutre y anónimo hotel.

Note como sus pechos se pegaban a mi espalada mientras me pasaba los brazos por el pecho y se aseguraba que estaba dormido, note su beso en la mejilla y como me susurraba que lo sentia, oi como se vestia sin hacer ruido para no despertarme, sentí el silencioso cerrarse de la puerta.

Me quede unos minutos tumbado sin moverme, oliendo su aroma que impregnaba la habitación, dandole tiempo a salir, me levante, me vestí y salí a la calle.

Frio, humedad, esa niebla que no deja escapar a la atmosfera los pútridos olores de las ciudades, nada que un cigarro que no me apetece no pueda ocultar. Mi coche queda lejos, empiezo a andar mientras mis huesos empiezan a coger frio, el sol no ha hecho ni amago de aparecer apesar de que las primeras cafeterias empiezan a ser abiertas por empleados somnolientos.

Como siempre intentaré olvidarla de nuevo tan solo para conseguir fingir que la he olvidado. Algo me dice que esta será la última vez, antes siempre se quedaba asta el alba.

Empieza otro día, acaba otra noche.

1 comentario

Deco -

Sí señor. Se puede contar mucho en pocas líneas.