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HISTORIAS DE UN CAMARERO DECADENTE

QUE PESTE

QUE PESTE

Guapísima, preciosa, una muñequita, apelativos que doy a las niñas puesto que para las mujeres utilizo otros más serios. Se acerca a la barra y me sonrie, me saluda y me pide por favor un malibú con piña, ademas de guapa es educada, le sirvo la copa, me da las gracias y con una preciosa sonrisa me pide unas pajitas que yo no le niego, se da la vuelta, se despide con la mano y se marcha hacia el gentio.

En ese momento salgo de la barra hacia la puerta de atras y respiro profundamente. Que peste de aliento. 

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