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HISTORIAS DE UN CAMARERO DECADENTE

ENTRENADO PARA MATAR

ENTRENADO PARA MATAR

Hace mucho tiempo...

Sábado creo recordar, tal vez fuera viernes pero en realidad eso es un detalle sin importancia puesto que el día era completamente irrelevante en el comportamiento de los protagonistas de esta historia.

Estaba yo deambulando por la sala de baile de cierta discoteca afaenado en servir mesas con bandeja. Para el que no lo haya hecho nunca diré que es un tanto complicado transportar las bebidas en bandeja desde la barra hasta la mesa de los clientes pasando por una pista de baile llena de gente bailando. No obstante esta última observación tambien goza de completa irrelevancia para el desarrollo de la historia.

Por aquel entonces el local en el que trabajaba se llenaba a primera hora de la noche de personas de edad avanzada, en su mayoria divorciados, separados y solteros irremediables en busca de un idilio amoroso con personas de su misma edad y situación civil, la música era la que sonaba entre los 60 y 80 con mucho folclore, música de baile regada por ramalazos del "Duo Dinámico", todo pensado para que aquellos casi cuarentones, cuarentones y cincuentones se sintieran como si estubieran cruzando los 20 años.

Se formaban varias parejas y se de buena tinta que algunas de ellas se transformaron en un segundo, tercero o cuarto matrimonio para sus componentes pero esto tambien es irrelevante para el desarrollo de la historia.

Esta afluencia masiva de solterones y divorciados de edad avanzada en su mayoria "machos" que llevaban tiempo sin probar la carne o por lo menos no llevaban una dieta equilibrada en lo referente al equilibrio veces por semanas llevaba a ciertos "empresarios" autónomos a acudir a este local rodeados de 7 u 8 señoritas que eran consideradas como sus "empleadas" para suplir las carencias afectivas de la gran afluencia de hombres de avanzada sin pareja que acudian al local, desconozco si el gerente del local sabia de estas actividades y si obtenia beneficios por ello puesto que no me quedé en ese local el tiempo suficiente para hacer indagaciones debido sobre todo a una oferta de un empleo mejor.

Pasaban las horas, afluencia más joven empezaba a llegar y los clientes de primera hora empezaban a abandonar el local. Yo paseaba por la sala en un estraño espacio de tiempo entre que las mesas dejan de pedir consumiciones y los camareros dejan de servir las mesas cuando un hombre joven de unos treinta y pico años, regordete y con cara de tonto se me acerco por la espalda, me agarro del brazo suavemente, se inclino sobre mi y como si me fuera a contar un secreto me preguntó si podia contarme algo.

Yo le dije que si, que adelante. El hombre, que estaba solo en el local, habia entablado conversación con cierta señorita a la cual habia logrado seducir con sus convincentes dotes para el "ligoteo", habia invitado a la señorita a una copa y tras una afable charla habia pasado a besarla sin que ella en ningún momento mostrase su disgusto, es más ella habia respondido al beso y se mostró muy cariñosa con el en todo momento, según el, por su físico imponente.

El hombre invitó a la señorita a tomar otra copa en la intimidad de su domicilo y ella acepto, no obstante, se dirigio a sus seis amigas para (según el) comunicarles que se iva con el para que no se preocupasen cuando el único componente barón del grupo se levantó y se dirigio a el diciendole que la señorita era su hermana y que no se podia ir así como así a lo que el hombre respondio no de muy buena gana y a lo que sigio un intercambio de amenazas de palizas por parte del hombre y de un navajazo en el hígado por parte del "hermano" de la señorita.

Una vez me hubo contado esto, procedo a preguntarle que ..."¿y a mi que coño me importa?"... a lo que el me contesta que me lo comenta puesto que no quiere problemas para haber si podemos hacer algo. Le digo que eso es cosa de los de seguridad (y seguramente a ellos se la sude) y que yo soy camarero pero la curiosidad me puede y le pregunto que donde está el tipo en cuestión a lo que el hombre disimuladamente me señala a la señorita.

Sentadas alrededor de la mesa se encuentran siete chicas de diferentes nacionalidades, vestidas con ropa que una madre jamas regalaria a su hija, maquilladas hasta en el blanco de los ojos. Algunas beben champan, otras hablan entre ellas y presidiendo la mesa un hombre con pintas de "chulo putas" que las vigila y habla con quien se acerca hasta ellas.

Miro al hombre, el lumbreras con toda su labia habia seducido a una puta en horario de trabajo.

No seré yo quien se lo diga y le comento que si tiene algún problema hable con algun empleado de seguridad, que yo no puedo hacer nada. El hombre se da la vuelta y dice que no, que mejor pasa puesto que no quiere problemas, me da las gracias y comienza a andar hacia la otra parte de la discoteca pero antes de dar dos pasos se detiene, se da la vuelta y con la cabeza bien alta me dice:

..."No quiero problemas. Soy boina verde... ... y me han entrenado para matar"...

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