Blogia
HISTORIAS DE UN CAMARERO DECADENTE

CARA SAPO

CARA SAPO

Cara Sapo vivia en frente del bar, en un hueco de la estación de autobuses donde tenia unos cartones con los que se acomodaba en el suelo. Cara Sapo tenia su mote de "Cara Sapo" escrito en su deformadísima cara. Cara Sapo no podia hablar bien, la deformidad de su boca y el vino se lo impedian, Cara Sapo siempre estaba borracho, siempre bebia vino del más barato que se vende en cajas de cartón.

Cuando Cara Sapo juntaba algo de dinero venia a el bar a comer algo y a beber cerveza, habia que obligarle a pagar y siempre molestaba a los clientes, Cara Sapo les insultaba y les amenazaba sin motivo o porque le miraba pero a decir verdad su deformidad te dejaba como hipnotizado, nadie entendia lo que decia pero traducian sus gestos y los tonos de sus gritos, le tenian miedo, Cara Sapo era un monstruo, un monstruo horrible, lo saqué cientos de veces del bar pero siempre volvia como si no se acordase de nada y a decir verdad la mirada perdida de sus ojos decia que no se acordaba de nada

Cara Sapo siempre estaba solo, no tenia amigos, siempre estaba borracho y furioso, muy furioso, casi siempre tenia que echarlo del bar y el intentaba pegarme pero estaba tan borracho siempre que soltaba inofensivos golpes al aire, un día intentando saltar la barra armado con una botellín de cerveza se habrio una brecha en la cabeza contra el suelo puesto que no fue capaz ni de separarse unos centímetros del suelo al intentar saltar.

Lo empujaba a la calle donde seguia pegandose con el aire, gritandole al viento y a todo el que tuviera valor a pasar por su lado, caia al suelo empujado por el alcohol, arrastrandose entre intentos de levantarse y caidas al suelo llegaba a su refugio donde se quedaba inmovil.

La poca clientela habitual que puede tener un bar al lado de una estación de autobuses me preguntaban porque le seguia dejando entrar y atendiendole, yo les respondia que era inofensivo y que me hacia gracia. Todos nos reiamos "ahi viene el loco del Cara Sapo", "a ver que locura trae hoy", "mira que borracho está", deciamos entre risas.

Una fria noche que llovia copiosamente Cara Sapo entro en el bar, insultando a todo el mundo, empezo a insultar a hombre de una pareja que entre transbordos cargaron con sus maletas hasta el bar a tomarse un cafe, tuve que sacarlo a la calle, Cara Sapo estaba todavia más borracho, si se puede, que de costumbre y cuando lo empujé a la calle resbaló en el húmedo suelo precipitándose en una brusca caida. Cara Sapo se quedo hecho un ovillo y sin moverse en el suelo, pensando que se habria dado un mal golpe me acerque. Cara Sapo lloraba como un niño, grandes lagrimones le corrian desde sus vidriosos ojos por sus deformes mejillas mezclándose con la lluvia que caia sobre el, al igual que un hilillo de mocos brotaba de su informe nariz, Cara Sapo repetia por lo bajo en un susurro la palabra "mama" mientras que con las manos se tocaba los bultos que tenia por toda la cara.

Me quede paralizado, de pie, empapándome con la lluvia, viendo como cara sapo en posición fetal susurraba llamando a su madre mientras lloraba como un niño, no se explicar como era ese lloro pero se me quedó grabado en la mente al igual que ese susurro llamando a su madre, se me encogio el alma, jamas antes me habia sentido tan sucio y creo que nunca me sentiré tan sucio como me sentí en ese instante, no me sentia sucio porque lo habia empujado ni porque lo habia echado a la calle, no, era algo distinto, no me sentia sucio por eso, era por todo lo demas, no sabré jamás ponerle palabras a ese sentimiento, me sentí pequeño, muy pequeño ante aquel hombre que habia perdido todo lo que puede tener un hombre, incluso la esperanza y no era nada más que un fantasma esperando el día de su muerte.

Esa noche algo se me apago en el alma y me emborraché como un salvaje.

3 comentarios

Adara -

Todo lo que escribes es tan de Bukowski... me he aficionado a tu blog. Te expresas con tanta naturalidad...

Lerto -

No es lo mismo pero a mi me pasó una vez algo similar.

Tenía un cliente que se pasaba con la cerveza en el local y se ponía agresivo (no intentaba pegarle a nadie pero llamaba hijo de puta a todo lo que se acercaba) y alguna vez que otra se llevaba un mamporro de algún cliente.

Una noche se propasó 3 pueblos con mi compañera de trabajo y lo saqué a rastras del local.

Me quedé en la puerta para que no volviese a entrar a pesar de que mi turno había acabado.


A los 15 minutos de estar sentado en un banco de enfrente le entró un arrebato e intentó volver a entrar al local de una embestida. Me pilló tan de sorpresa que lo unico que se me ocurrió fue repeler la embestida con una patada en su pecho.


Esta gente una vez que cae al suelo suele levantarse y buscar mas camorra, pero él se puso a patalear como un niño en el centro comercial cuando su madre no le quiere comprar un juguete.

Se levantó, se me puso de rodillas a lagrima viva y me pidió mil perdones y que no me tenía rencor por haberle pegado. -Todos me pegan siempre y yo solo encajo golpes- dijo con tristeza... y se fue.



Yo sabía que se merecía que lo hubieran inflado a palos, pero en ese momento tuve que entrar al local y beberme media botella de cutty sark de lo mal que me sentía.

tigresa18 -

Como te lo montas chico me ha encantado la forma de redactar el final estupendo